Con todas las dificultades del momento y en plena crisis sanitaria, el transporte de mercancías por carretera ha vuelto a desempeñar un papel esencial, permitiendo el abastecimiento y suministro de productos con total normalidad, aunque sin contar con el apoyo y la respuesta de las Administraciones Públicas.

Los datos de la encuesta realizada por GAD3, consultora de investigación social, para la Fundación Corell sobre “el papel del sector del transporte de mercancías por carretera durante la crisis sanitaria” ponen de relieve el reconocimiento de la sociedad hacia el transporte, que se ha visto reforzado en este tiempo. Tras los meses de confinamiento, tres de cada cuatro españoles aseguraban haber mejorado la imagen y la percepción que tenían del sector del transporte, casi al mismo nivel que el que han tenido los profesionales sanitarios.

Su labor, según la mayoría de los españoles, ha sido fundamental para asegurar la entrega y suministro de medicamentos, alimentos y productos de comercio electrónico, destacando además la fiabilidad y la puntualidad en las entregas. Esta valoración positiva del sector transportes es uniforme, sin distinción por edad o zona geográfica.

Además, durante la pandemia se eliminaron las restricciones por tiempo de conducción por toda Europa, lo que supuso un sacrificio enorme para el transporte de mercancías, que tuvo que hacer frente a jornadas eternas y en malas condiciones.

El 55% de la población considera que el apoyo y la respuesta de las autoridades no ha estado a la altura de las necesidades del sector

Si bien el transporte siempre ha gozado de buena valoración, tras la crisis sanitaria, su dedicación ha facilitado la visibilidad del sector como servicio esencial entre la ciudadanía. La encuesta revela que, tras la crisis, más del 55% de los españoles coincide en el diagnóstico: el transporte no recibió y sigue sin recibir la ayuda necesaria por parte del Gobierno.

Además, el 86% de los españoles considera que el transporte debería contar con el apoyo y la protección del Gobierno y de las autoridades, por tratarse de un servicio esencial para la sociedad. La falta de sensibilidad por parte de la Administración ha provocado la movilización de los transportistas que reclaman soluciones negociadas previamente y amenazan con un paro patronal para finales del mes de julio.